Como si de material quirúrgico se tratase, os presento esta entrada en el blog. Venga y, ahora, me explico.
El otro día, tuve la suerte de que me invitaran a descubrir un nuevo concepto gastronómico que ha abierto en Madrid. Se llama La academia del despiece.

Al lado del reconocido y tan de moda local de Sala de Despiece, su creador Javier Bonet, le ha dado una vuelta más de tuerca a su ingenio, creando este nuevo concepto-curso de cocina: una cena, en un aula interactiva, donde descubrir productos y técnicas de cocina, de primera mano. Un ambiente de cena de lo más divertido.
No es un restaurante. No es una sala privada. Es un lugar donde manipular y aprender, de manera interactiva, muchas cosas que nunca pensaríamos en una cena cualquiera.
Un sistema de proyecciones y ambientes creado por dos grandes amigos (Tirso Olazabal y Sergio Copano). Estos dos montruos de la tecnología, hacen de esta fórmula un referente en el mundo gastronómico.
Como yo siempre digo, la gastronomía no es solo un plato en una mesa, no. Es jugar con el comensal, divertirse, compartir, tocar, ver… Esto se consigue, con este sistema, a las mil maravillas.


Todo comienza en una sala contigua llamada la sala de graduación. Donde empieza y acaba el curso.
Al principio, se da un pequeño breafing del funcionamiento y se explican unas pequeñas reglas que se deben cumplir. De las fundamentales: móvil fuera (ponen unas taquillas a tu disposición, con tu propia llave, para dejar tus objetos personales). De esta manera, no hay distracciones, ni se filtran las sorpresas para los siguientes alumnos. Es gracioso, porque aquí se hacen parejas y se forma una fila, como en el cole, para entrar y colocarse, así, en posición, en la mesa.

 

En este esquema, podremos encontrar también alguna de las cosas que pasan o pueden pasar…

Una vez dentro, se toma posición en tu lugar de la mesa y te encuentras ese set, con el que empecé el post: tus herramientas de trabajo.
Un pequeño cajón ante ti, bajo la mesa, como si de tu caja de herramientas se tratase, para usarlas en  las elaboraciones que realizas durante todo el curso. Las colocamos en su sitio, y… a disfrutar de esta experiencia.
Ese sistema audiovisual, que os contaba que han hecho mis amigos, hace las veces de profesor.
Con cada uno de los 12 platos se crea un ambiente en la sala de luz, música y proyección, con explicaciones sobre la zona de trabajo de cada comensal.
La sala, muy chula, como si de una cámara frigorífica se tratase.

 

De hecho es la parte trasera de esta, un espectáculo ver esto mientras trabajas.

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Os estoy hablando así y os sonará un poco a chino. En estas dos fotos, sacadas de un vídeo que se emite a cámara rápida, al final del curso, durante la graduación, os haréis un poco más a la idea de la situación. Aquí, veis ejemplo de dos pases de dos platos diferentes.

Los doce intrépidos que estuvimos en este curso.

 

Mi amigo Tirso, el creador de este ingenioso sistema y Sara.

En mitad del camino, como en todo buen cole que se precie, hay recreo. Momento de salir, estirar las piernas, comentar la jugada…

Y ya, después del segundo acto, se vuelve a la sala de graduación. Donde, si has realizado el curso satisfactoriamente, te gradúan. Jeeeeeeee

 

Bueno, pues ya solo me queda presentaros a Javier Bonet, el creador de esta pedazo de idea, y recomendaros esta experiencia, si queréis pasar un buen rato, alrededor de la gastronomía, de una manera súper amena y divertida.

Para reservar, solo se puede hacer a través de la web: http://www.academiadeldespiece.com
El precio: 70 €, que bien merecen la pena, por la cena y el buen rato.
El lugar: C/ Ponzano, 11. Madrid.
Ah… y más os vale ser puntuales!!!

El creador: Javier Bonet. Yo diría que cocinero, gastrónomo y visionario de la gastronomia.

Por último, os dejo un par de vídeos del final, para que veáis un poco más.

 

Y ya sabéis… A disfrutar….