Hace unos días estuvimos dando una vuelta por Logroño y aledaños disfrutando de su gastronomía y sus vinos.
Paseando por los alrededores, llegamos al precioso pueblo de Laguardia, al que no lo conozca, le recomiendo que vaya a dar un paseo por sus calles y a tomarse un vino y un pincho a uno de sus numerosos bares. En este pueblo de gran tradición vinícola, solo quedan dos bodegas que elaboran dentro del pueblo aun. El porque?? muy sencillo, dado que es un pueblo muy antigua de calles estrechas, todo de piedra y con infinidad de bodegas y cuevas, no se permite transportes pesados ya que correría el riesgo de hundirse, por lo que todo practicamente se hace a la antigua usanza.
Ahora vamos a explicar el porque del curioso nombre de esta bodega. Esta bodega esta situada bajo el palacio de los Samaniego, actual casa de turismo, donde Félix María Samaniego se inspiro para escribir sus obras literarias. De ahí el nombre de estas bodegas y de sus vinos, todos ellos con nombres de fabulas de este famoso escritor y con unas etiquetas muy significativas como podréis ver mas adelante en las fotos.
La planta baja de la bodega cuenta con 2 lagares en los que se producen
anualmente 2.000 cantaras (32.000 litros) de vino, de forma artesanal, pisando
la uva a la antigua usanza.
Si, si… se sigue pisando la uva por raro que parezca esto hoy en día ya… y se hace el coupage de las tres extracciones conseguidas.
Dado que es una bodega familiar con una producción limitada, el cambio de barricas no se hace con tanta asiduidad como se debería.
Tras la visita a la bodega, llego el momento de catar sus vinos. Allí insitu probamos dos, el vino del año o cosechero y uno que le llaman de media crianza, que tiene barrica, pero un corto espacio de tiempo. De vuelta a casa me traje: